lunes, 30 de abril de 2012

La ciudad de la eterna pobreza

El título de "La ciudad de la eterna pobreza" corresponde al nombre del capítulo 12 del libro Ciudades del Mañana de Sir Peter Hall, un reconocido urbanista inglés, que ve a la pobreza (y a la delincuencia e inseguridad en las ciudades a las cuales asocia de antemano con la pobreza urbana) como un mal de orígenes desconocidos e incognoscibles, como lo fuera la peste negra en su momento en la Europa medieval. Tal es su ignorancia que, a pesar de ser un especialista en temas urbanos, no tiene pena de reconocerla. Aunque más bien es cinismo, pues no tiene empacho en poner una cita del Capital de Marx, en donde se explica la ley general de acumulación capitalista. 

Describe el caso de tres ciudades: Chicago, St. Louis y Londres. Las primeras dos ciudades en los años veinte y treinta, en el tiempo del blues, cuando era llamada música del diablo. De Londres habla de aquella época de finales de los setenta y principios de los ochenta. A esta etapa la representa un hijo lejano del blues, el punk-rock. En ambas etapas habla de revueltas urbanas (épicas y sangrientas) que no tiene tiempo de explicar en términos, cuando menos sociales, más amplios. Del terrible Red summer  y los Chicago Race Riots de 1919, pasamos a los London´s riots de los setenta y ochenta (por ejemplo el famoso Brixton riot), si bien podríamos agregar otros muchos, incluyendo los más recientes en esa misma ciudad del 2010 y 2011.

Hall, citando a Lewis Mumford, se pregunta desconcertado como es que fue posible “el fracaso de la ley y el orden en el momento álgido del poder metropolitano y de la prosperidad”. Y continua: "en la ciudad de mi juventud había especie de estabilidad moral y una seguridad que ahora ha desaparecido en casos de modelos urbanos de ley y orden como Londres” (Mumford, 1982)

Quizá ese álgida prosperidad no lo era tanto para todo el mundo.


Red summer  en Omaha, Nebraska.
Gráfico comparativo de los ancestros de los norteamericanos. 

Hall tiene el acierto de empezar el capítulo con el siguiente fragmento de la canción de Bessie Smith - Black Mountain Blues (1930):

"Got the devil in my soul, and I'm full of bad booze

Got the devil in my soul, and I'm full of bad booze
I'm out here for trouble, I've got the Black Mountain blues"

Los niños aparecieron en Europa junto con el reloj de bolsillo y los prestamistas cristianos del Renacimiento...

"La niñez como algo diferente de la infancia, la adolescencia o la juventud fue algo desconocido para la mayoría de los periodos históricos. Los niños aparecieron en Europa junto con el reloj de bolsillo y los prestamistas cristianos del Renacimiento. Antes de nuestro siglo ni los ricos ni los pobres supieron nada acerca de vestidos para niños, juegos para niños, o de la inmunidad del niño ante la ley. La niñez pertenecía a la burguesía. El hijo del obrero, el del campesino y el del noble vestían todos como lo hacían sus padres, jugaban como éstos, y eran ahorcados igual que ellos. Después de que la burguesía descubriera la "niñez", todo esto cambió. Sólo algunas iglesias continuaron respetando por cierto tiempo la dignidad y madurez de los menores. Hasta el Segundo Concilio Vaticano, se le decía a cada niño que un cristiano llega a tener discernimiento moral y libertad a la edad de siete años y a partir de entonces es capaz de caer en pecados por los cuales podrá ser castigado por toda una eternidad en el infierno. A mediados de este siglo, los padres de clase media comenzaron a tratar de evitar a sus niños el impacto de esta doctrina, y su modo de pensar acerca de los niños es el que hoy prevalece en la Iglesia.
Hasta el siglo pasado, los "niños" de padres de clase media se fabricaban en casa con la ayuda de preceptores y escuelas privadas. Sólo con el advenimiento de la sociedad industrial la producción en masa de la "niñez" comenzó a ser factible y a ponerse al alcance de la multitud. El sistema escolar es un fenómeno moderno, como lo es la niñez que lo produce"
Iván Illich. La sociedad desescolarizada. (México, 1985)


Ya lo escribió Ivan Illich. La infancia es un invento de la modernidad, del mundo y de las sociedades "desarrolladas". Uno de los más efectivos instrumentos de reproducción de las prácticas culturales de la sociedad moderna, Una idea de varias formas perversa, debido a sus máscaras de buenas intenciones. A su seducción como herencia otorgada a los vástagos, como patrimonio legado, como un bien, ganado en transa o lotería. Ofrecer una buena infancia a los descendientes es una medalla que ennoblece socialmente. Que justifican los trabajos más atroces, las tareas más viles.