lunes, 30 de abril de 2012

Los niños aparecieron en Europa junto con el reloj de bolsillo y los prestamistas cristianos del Renacimiento...

"La niñez como algo diferente de la infancia, la adolescencia o la juventud fue algo desconocido para la mayoría de los periodos históricos. Los niños aparecieron en Europa junto con el reloj de bolsillo y los prestamistas cristianos del Renacimiento. Antes de nuestro siglo ni los ricos ni los pobres supieron nada acerca de vestidos para niños, juegos para niños, o de la inmunidad del niño ante la ley. La niñez pertenecía a la burguesía. El hijo del obrero, el del campesino y el del noble vestían todos como lo hacían sus padres, jugaban como éstos, y eran ahorcados igual que ellos. Después de que la burguesía descubriera la "niñez", todo esto cambió. Sólo algunas iglesias continuaron respetando por cierto tiempo la dignidad y madurez de los menores. Hasta el Segundo Concilio Vaticano, se le decía a cada niño que un cristiano llega a tener discernimiento moral y libertad a la edad de siete años y a partir de entonces es capaz de caer en pecados por los cuales podrá ser castigado por toda una eternidad en el infierno. A mediados de este siglo, los padres de clase media comenzaron a tratar de evitar a sus niños el impacto de esta doctrina, y su modo de pensar acerca de los niños es el que hoy prevalece en la Iglesia.
Hasta el siglo pasado, los "niños" de padres de clase media se fabricaban en casa con la ayuda de preceptores y escuelas privadas. Sólo con el advenimiento de la sociedad industrial la producción en masa de la "niñez" comenzó a ser factible y a ponerse al alcance de la multitud. El sistema escolar es un fenómeno moderno, como lo es la niñez que lo produce"
Iván Illich. La sociedad desescolarizada. (México, 1985)


Ya lo escribió Ivan Illich. La infancia es un invento de la modernidad, del mundo y de las sociedades "desarrolladas". Uno de los más efectivos instrumentos de reproducción de las prácticas culturales de la sociedad moderna, Una idea de varias formas perversa, debido a sus máscaras de buenas intenciones. A su seducción como herencia otorgada a los vástagos, como patrimonio legado, como un bien, ganado en transa o lotería. Ofrecer una buena infancia a los descendientes es una medalla que ennoblece socialmente. Que justifican los trabajos más atroces, las tareas más viles. 

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